A disfrutar de la Creación Artística

viernes, 28 de agosto de 2009

Arte y Artistas 1º y 2º Medios

ARTE Y ARTISTAS

Algunos pintores chilenos

Alfredo Valenzuela Puelma (Chile, 1856-1909)

Nace en Valparaíso en el año 1856. Cumple sus estudios de arte en la Academia de Pintura, bajo la tutela de los maestros Ernesto Kirchbach y Juan Mocchi. Su educación académica, que influyó mucho en sus primeras obras, pronto dio paso a una personalidad independiente. Alfredo Valenzuela perteneció al llamado “Grupo de los Cuatro Maestros”, que junto a Pedro Lira, Juan Francisco González y Alberto Valenzuela Llanos movilizaron el mundo del arte chileno a caballo entre dos siglos. Por ello el grupo es también conocido como la “Generación del Medio Siglo”, que incluía a los artistas nacidos en la década de 1850.

Hacia el año 1881 parte para París, becado por su Gobierno. El entorno que le rodeó lo describe como un personaje activo y profundamente vitalista. En París aprende las técnicas de pintores de la talla de Ribera, Julio Bretón, Rembrandt y Tiziano.

En 1885, con la lección aprendida, regresa a Chile. De ese mismo año es su obra La perla del mercader -1- que queda expuesta en el Salón de París, adonde retorna en 1887 con una nueva beca.

El final de la década del los 80 del siglo XIX es el gran momento de la pintura de leyenda parisina: es el tiempo de Tolouse Lautrec, de la bohemia de Montmartre o de Gaugin huyendo hacia Panamá y La Martinica.

Desarrolla como tema el desnudo femenino, el cual utiliza como un factor de estilización. Un buen ejemplo es La Ninfa de las cerezas -2- que representa el punto central de su creación en ese momento. La obra respira un lirismo sublime, una poética no exenta de cotidianidad, una naturaleza muerta recogida en el seno de la vida que evoca el desnudo femenino. Otras obras que ejemplifican esto son “La Magdalena” o “Náyade cerca del agua”.

Dejando de lado el desnudo, otros temas que aparecieron en sus obras fueron la figura humana y el retrato, motivos paisajísticos tocados por el Impresionismo, naturalezas muertas, temas orientales y religiosos.

Se dice que es su hijo menor, Alfredo, fue su modelo para La lección de geografía -3- una de sus obras más conocidas, y su otro hijo, Rafael, posó para su retrato Mi hijo Rafael -4-. Su única hija murió a los pocos meses de nacer.

Su último viaje a París lo realiza en 1907, sin beca y por sus propios medios. En esta ocasión trabajó en actividades no relacionadas con el arte. Su vida empezó a deteriorarse física y mentalmente, acabando sus días en 1909 ingresado en un sanatorio mental en Villejuif, un pueblo cercano a París.

Alfredo Valenzuela encumbró la pintura chilena de fines del siglo XIX a cotas inéditas hasta el momento. Igualó en perfección a cualquier artista de su generación, ya fuera en América como en Europa. Chile se asomó al mundo gracias a pintores como él. Partiendo de un academicismo del que fue un verdadero maestro, llevó su arte a la genialidad sin perder el pie de las influencias de los pintores renacentistas y barrocos de los siglos XVI y XVII.

Juan Francisco González Escobar (Chile, 1853-1933)

Nació en Santiago de Chile el año 1953 en el seno de una familia de comerciantes. Su primer maestro fue el pintor Pedro Lira, y pasó por la Academia de Pintura y, como su compañero de generación Alfredo Valenzuela y otros tantos grandes pintores, recibió las enseñanzas de Ernesto Kirchbach y Juan Mocchi.

En un entorno plagado de influencias, motivos y escuelas que revolucionaron el mundo del arte (Romanticismo, Impresionismo, Naturalismo, Realismo…), González Escobar tomó partido por una rabiosa independencia y una escapada constante hacia adelante.
Retrato del artista pintado por Valenzuela Puelma

Recién salido de la Academia emprende un viaje por Perú y Bolivia, cuyos paisajes y temas influirán en su arte largamente. Calle de San Fernando -1- representa el tipo de trabajo que evocaban esos viajes. Pronto, y pese a su juventud, empieza a recibir premios, y en 1884 acepta un trabajo de profesor de dibujo en el Liceo de Hombres de Valparaíso.

Como tantos otros pintores, viaja en 1887 a París para ampliar estudios, y recorre Holanda, Italia y España. Visitó muchos museos, comisonado por su país para estudiar la organización, y cuyas obras de autores clásicos y modernos dejaron huella en su persona y su arte. De ese primer viaje a Europa quedó la costumbre de pintar sin cesar los lugares que visitaba, costumbre que mantuvo durante su segundo viaje en 1896 y su tercero en 1904, momento en que, en su estadío por España, conoce a Sorolla, con quien entablará una profunda amistad.

En sus obras Calle de Limache -2- o Monumento a O’Higgins -3- podemos observar su gusto por la pincelada rápida y gruesa tan cercana al Impresionismo.

Formó parte del llamado Grupo de los Diez, pero mantuvo siempre una independencia artística que cultivaba como motor de su carrera artística. Nunca quiso pertenecer a ningún movimiento, a ninguna escuela…; cultivó una autonomía de la que hacen gala sus obras.



Pedro Lira Rencoret (Chile, 1845-1912)

Pese a estudiar leyes, el mundo del arte empujó a Lira a emprender una carrera pictórica que comenzó con sus clases en la Academia de Pintura en 1961, donde dejó huella. Durante diez años (de 1872 a 1882) vivió y estudió en París. Las técnicas que aprendió en Chile las reforzó y amplió al calor de los grandes maestros franceses, como Delaunay y Laroche, de quienes tomó el impulso hacia temáticas históricas y mitológicas tan cercanas al neoclasicismo imperante. Ejemplo de esta temática es su obra más conocida, La fundación de Santiago -1-, imagen mitificada y heróica del pasado de la ciudad de origen de Lira.

La importancia de este aprendizaje europeo radica en la asimilación de una concepción mitificada de la historia, idea que trajo consigo, muy enriquecida, en su vuelta definitiva a Chile
De su retorno a Chile permanece su figura dominante en los ambientes artísticos del país, su influencia y su magisterio sobre tantos artistas que marcaron junto a él la época más floreciente de la pintura chilena. Ensayista agudo, crítico fino, Lira organizó innumerables exposiciones y actos relacionados con la promoción artística, sin nunca abandonar el ejercicio de su obra. El Museo Nacional de Bellas Artes es el resultado de su empeño como promotor.

Como profesor de la Academia de Pintura durante más de treinta años, Lira defendió una postura academicista en todos los frentes, ya sea el teórico como el práctico, frente a todos aquellos nuevos aires que proclamaban la liberación del artista, la autonomía del hombre como creador de su propia obra. Siempre en disputa con el Impresionismo, Lira vivió un tiempo convulso, un ambiente en constante dialéctica, donde Lira fraguó una obra que mantuvo un difícil equilibrio entre el clasicismo académico y la presencia de su personalidad imponente en cada uno de sus cuadros.


Alberto Valenzuela Llanos (Chile, 1856-1909)

Esa difícil lucha entre lo académico y lo independiente se percibe también en Valenzuela Llanos. Algo más joven que otros miembros de su generación, el aire de su obra (paisajística en su mayor parte) nos retrata a un hombre solitario frente al lienzo, en constante diatriva con sí mismo más que con sus contemporáneos. Alejado de los ambientes artísticos chilenos, Valenzuela Llano expoloró como pocos la aislada y serena creatividad de los paisajes.

Pese a tener que ganarse la vida desde muy joven en trabajos al margen de la pintura, pronto se trasladó de su Valparaíso natal a Santiago para entrar en la Escuela de Bellas Artes (1887), para empezar a despuntar entre sus compañeros como un artista de personalidad acusada. La política de becas del Gobierno chileno también le alcanzó, pudiendo marchar a Europa en el año 1901, donde amplió estudios en importantes instituciones y donde asimiló el modernismo que imperaba en ese tiempo. De esa época son su cuadros Venecia -1- y Vista del Gran Canal -2-.

Su gran dedicación y unos resultados más que excelentes le permitieron renovar varias veces la beca y así permanecer en la capital frances apara continuar con su ascenso personal y artístico. El impresionismo y el Postimpresionismo consiguieron hacerse sitio en su estilo. A su vuelta desarrolló una influyente actividad docente en diversas escuelas, pero sobre todo en la de Bellas Artes, desde cuya cátedra aleccionó brillantemente a la siguiente generación de artistas chilenos.

Su relevancia no quedó constreñida a las fronteras de Chile. Vivió largas temporadas en París, y el Gobierno francés llegó a entregarle la Cruz de Caballero de la Legión de Honor mientras que era aceptado como miembro de la Sociedad de Artistas Franceses. En los Estados Unidos recibió diversos honores.

El arte de Valenzuela Llanos pertenece a la luz. Cultivó diversas temáticas, pero ninguna como el paisajismo. Su pintura densa y abierta contiene todos los matices de la luz, de los colores…, parecen vivas. En Paisaje Lo Contador -3- , vemos cómo se abre, poderosa y henchida de volumen, una pincelada llena de luz, de lenguaje, que sumadas en un collage dan la apariencia de la vida misma. Tiene el control de lo que hace; cada gesto con el pincel en la mano, cada movimiento hecho al aire libre, plasma la viveza, la experiencia, de quien no sólo quiere ser espectador del horizonte, sino que quiere vivirlo, pintarlo, ser parte de lo que observa.

Esta entrada fue publicada el Febrero 1, 2008 a las 10:15 pm y archivada bajo González Escobar, Lira Rencoret, Valenzuela Llanos, Valenzuela Puelma con etiquetas Academicismo, América del Sur, Art, Arte, Chile, Delaunay, España, Europa, González Escobar, Holanda, Impresionismo, Italia, Kirchbach, Laroche, Lira, Lira Rencoret, Los cuatro maestros chilenos, Mocchi, Painting, paisajismo, París, Pintura, postimpresionismo, Santiago, Sorolla, Valenzuela Llanos, Valenzuela Puelma .




No hay comentarios:

Publicar un comentario